La mediación está sujeta a los siguientes principios:

• Voluntariedad: la participación es completamente voluntaria para ambas partes y el mediador no decide el resultado. Son las partes las que deciden. En cualquier momento puedes comunicar tu voluntad de poner fin al proceso y siempre podrás optar por otras vías de resolución.

• Imparcialidad: el mediador no toma partido por ninguna de las partes.

• Igualdad: el mediador se encarga de resguardar que los participantes se encuentren en igualdad de condiciones para adoptar acuerdos, adoptando las medidas necesarias para resguardar ese equilibrio. De no ser posible, debe declarar terminada la mediación.

• Confidencialidad: todo lo que sea divulgado durante la mediación es completamente privado y no puede ser utilizado en otros procesos.

• Buena fe: el proceso se basa en la colaboración de las partes, en su lealtad y respeto mutuo. El mediador está obligado a ponerle fin al proceso si adquiere la convicción de que estos principios no se están respetando.